Hoy queremos hablaros de una de las hortalizas que más se remonta en la historia, la coliflor. Es una variante de la familia Brassicaceae, originaria de la región del noroeste del Mediterráneo y Asia Menor. Según sugieren los registros históricos los antiguos romanos y griegos ya cultivaban y consumían variedades de coles, incluida la coliflor. Sin embargo, la coliflor que conocemos hoy día fue resultado de siglos de cría y selección.
Actualmente la coliflor ha ganado popularidad gracias a su versatilidad y ser una opción saludable. Baja en calorías, pero abundante en nutrientes como vitamina C, vitamina K, vitamina B6, ácido fólico, fibra y minerales como el potasio, la coliflor se presenta como una alternativa ideal para aquellos que buscan controlar su ingesta calórica. Su alto contenido de fibra favorece la digestión y la salud intestinal, mientras que su riqueza en antioxidantes combate el estrés oxidativo.
Por otro lado, dentro del mundo culinario, la coliflor se ha convertido en la protagonista de numerosos platos, como su empleo en arroz o en pizza. Además, estudios sugieren que la coliflor puede ofrecer beneficios como el apoyo a la digestión, propiedades antiinflamatorias y contribuciones a la salud cardiovascular. Con su adaptabilidad a diferentes cocinas, la coliflor se ha convertido en un componente esencial en las tendencias alimentarias contemporáneas.